
Y estaba sentada frente a la chimenea meditando lo que tal vez podría ser un buen final para su novela, mientras la casa estaba sola y callada. Tenía paredes llenas de dibujos de ella y estos finjían ser algo más de aquella casa, pero en cambio eran sombríos e imperfectos como ella, aún así, solía pensar en todas las cosas buenas de su casa, tenía una bonita cocina de talavera y pensaba que era bueno cocinar su desayuno ahí. Hacía frío y estaba temblando, imaginaba que tal vez no debía bajar, pero tenía tanta hambre que no podría evitarlo.
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ResponderEliminarHola MiShelLe!
ResponderEliminarQué tal en tu casa en México?!
Muchos recuerdos de todas tus compis y de tu compañero de Taller. Te echaron de menos los últimos días.
Besos y ya nos cuentas cómo te va! Y sigue ahí escribiendo!!
Ya era hora, el bloc estaba muy solo. Besos des de Barcelona, esperamos tu vuelta.
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