domingo, 13 de diciembre de 2009

Hace un año en Diciembre

Hace exactamente un año en Diciembre pasado, como todo el mundo me planteé una serie de proyectos, cosas que quería hacer, sin embargo no todas se han cumplido, y podemos echar las culpas a mil cosas, pero la realidad es que en todo aquello en lo que puse suficiente empeño, en todo eso si que lo consegui, pero por voluntad y por dejar otras buenas intenciones en el camino.

Este año me planteo nuevas metas, y sé que algunas se cumplirán y otras no, sé que aquellas en las cuales, ponga mi máxima intención, puede que se cumplan, pero también sé que otras no se cumplirán porque a veces hay que sacrificar unas para conseguir otras, y es una gran verdad que todo no se puede conseguir, pero es más verdad que nosotros decidimos aunque no lo creamos, que ilusiones cumpliremos y cuales no, ahora mismo en el recuerdo puedo ver muy claramente cuando las fuerzas me flaquearon, cuando me faltaron ánimos, y cuando sucumbí al esfuerzo en aras de la comodidad, la pereza, o simplemente por tener que elegir.

Todos nos fijamos metas, todos alcanzamos algunas, y todos dejamos que unas cuantas o una sola. Queden o quede en el camino, y podremos engañar al resto de la gente a nuestro alrededor, pero nunca podremos engañarnos a nosotros mismos, y aunque por un instante nos lo creamos, solo tenemos que mirarnos al espejo para pensar un poco y descubrir la verdad.

Si miramos a este año que termina, a lo que ya es pasado, veremos aquellos momentos en que nos faltó empuje o tomamos la decisión equivocada.

Como dice el titulo, ya hace un año, pero seguro que ahora todos en nuestra mente nos plantemos nuevas metas, nuevos retos, y lo peor es que tenemos la costumbre de no desear algo pequeño, sino algo difícil, costoso o laborioso, lo comenzamos con el año nuevo, como si eso fuera la solución o el simple comienzo de este año que pronto comenzará fuera el gran artífice del éxito sea en parte porque confiamos que enterrando un año, olvidándolo podremos conseguir todo aquello que nos propongamos.

Fijémonos metas, emprendamos proyectos, pero no seamos excesivamente optimistas, debemos intentar pequeños o grandes pasos, pero no inmensos saltos, por mi parte tengo claro lo que quiero para el próximo año, se lo que no podre conseguir, tengo claro que algunas cosas dependerán en parte de un poco de suerte pero no enterraré este año, lo usaré de impulso como experiencia para concentrar mis fuerzas en aquello que “solo” depende de mi.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Camp de refugiats



La música et portava a pensar, com podien tractar als indígenes d'aquella manera. Primer tallaven els arbres, desprès cremàvem les terres i finalment els feien fugir.
A mida que anaven arribant els tancaven en els Camps, no eren presoners però no podien marxar, no tenien on anar.
Cada dia feien cua pel menjar, per l'aigua -molt escassa- els seus fills petits morien de gana, de malalties.
Seguien dient que no era una presó, els donaven menjar, aigua, un sostre, algunes medecines i un munt de blancs els deien el que havien de fer, voluntaris que anaven i venien però mai es quedaven.
L'únic luxe del que podien gaudir plenament eren dels seus valls, la seva música. El ritme frenètic de les seves cançons els transportava cap a la seva selva, les seves cases, la cacera, les nits al voltant del foc. Això ningú els hi podria prendre .
Encara que les generacions futures no haguessin conegut la vida que portaven els seus pares i mares, estic segur que si un dia obrien la porta i els deixaven marxar tornarien a les seves terres, només agafarien els seus estris musicals i tot tornaria a ser com abans.
I jo podria tornar a la meva ciutat on ho tinc tot, només em falta la música dels tambors i la fe en el futur.