sábado, 25 de julio de 2009

Soñar

Soñar

Parece muy sencillo puesto que lo hacemos a diario, es más, sería imposible vivir sin dormir, sin soñar, lo sabemos por la medicina, pero que pasaría si nunca hubiéramos dormido, si nunca nos hubiéramos sumido en ese trance de liberar la mente de todo pensamiento, dejar que los párpados caigan, y simplemente descansar, olvidando todo nuestro alrededor…

Sabemos dormir, o por lo menos intentarlo, capítulo aparte merecen aquellas personas que les cuesta, unas por que no pueden liberar su mente de preocupaciones, de pensamientos, y así ven pasar las horas del reloj, una tras otra. Aunque hoy no va de insomnio, sino de la capacidad humana de entablar ese trance, tan poco valorado, que nos hace levantarnos al cabo de unas horas descansados para el nuevo día.

El puro instinto o el simple cansancio, nos llevaría irremediablemente a los brazos de Morfeo, a recostarnos, a ponernos cómodos, e independientemente del ruido o luz externo, dormiríamos, con lo cual es algo que descubrimos ya de pequeños, y también de mayores, aprendemos a dormirnos, la verdad es que “es imposible estar sin dormir” pero si vamos más allá, analicémoslo como una función del cerebro, una función conocida, sabemos que existe y cuando lo necesitamos o tenemos ganas, ponemos en práctica un ritual que consiste en relajar el cuerpo, y no pensar en nada.

Es ahora mientras estoy recostado, pensando, cuando me viene a la cabeza una pregunta. Que pasaría si no supiéramos dormir? Y no lo necesitáramos por cansancio… quizá podríamos no conocer esa faceta para estar mejor física y psíquicamente al cabo de unas horas de descanso, y esta inocente pregunta conduce a otra. Cuantas funciones podría tener nuestro cerebro que desconocemos? Se dice que solo aprovechamos la décima parte del mismo.

Será tan simple como que no sabemos comenzar algo que desconocemos porque no lo hemos hecho nunca… Podríamos descubrir nuevas capacidades si llegáramos a saber “empezarlas”?

viernes, 10 de julio de 2009

Tot cos pesa



La seva existència és efímera, transcorre entre plànols canviants. Un instant i es torna blanc, llavors s’adona de la seva fragilitat. No es pot veure, tocar o sentir. Alguna cosa l’acarona mentre passa per dins seu.
Quina suavitat, a poc a poc la humitat va omplint-me el buit.
Com era jo abans?
Es pregunta mentre baixa, no s’adona i ja és blau? Intenta percebre qualsevol sensació. Llum?
La llum és dalt però pot traspassar el sostre que ha deixat enrere.
Taronja, sóc taronja. En què em converteixo, mentre canvio?
Està canviant, ara ho sospita. Sensacions, llum, colors. Humitat, blau, aigua. Terra, natura, potser aviat el verd l’acompanyarà.
Fins a on arribaré, d’on vinc?
Ara ho sap canvia a poc a poc, i cada recó s’omple: ferro, sodi, calç, iode, zinc, magnesi, fluor, coure, seleni, plom, potassi, sulfur.
Ja sóc una mica més a prop, en poc temps he baixat més d’un plànol.
Una nova sensació li arriba, nota la força que l’envolta. Pot tocar, pot sentir, pot escoltar. Proteïnes, vitamines, aminoàcids, mol·lècules, teixits, epitel·lials. Blanc, blau, verd, taronja, groc, vermell, violeta, anyil. Per fi el pes es va apoderant de l'ésser en què s’ha convertit.
Quanta llum, quant soroll, quantes mans. No sé què em passa.
Ja es aquí, és una nena, té un cos perfecte i sembla que pesa.
Tot cos pesa, sent que diu algú.